Ella es única. Es bella, fotogénica, elegante, racial, buena actriz, probablemente no la mejor del mundo y ni siquiera la mejor de nuestro pais, pero buena actriz. Los directores de cine de todo el planeta se la rifan, las revistas la quieren en sus portadas, nominada a premios internacionales año tras año, canta, baila, hace reir, hace llorar, en definitiva es una estrella.
Sin saber muy bien por qué a muchos les pesa. Algo tiene esta chica que vive en una continua polémica y es eternamente cuestionada, nada de lo que hace es suficiente para que un importante sector de los espectadores la valoren en su justa medida. Por algún motivo que no llego a comprender Penélope cae mal (a muchos) y se le ataca por trabajar y por tener papeles, cada vez de mayor relieve, como si tuviera la culpa de algo que no llego a comprender qué es, como si fuera la cabeza pensante de una conspiración que tiene como fin asentarla en la cima del star system. Siempre hay un pero para cada uno de sus movimientos. Cuando desarrollaba su carrera en nuestro país muchos la tachaban de niñata insoportable de voz chillona, cuando dio el salto a Hollywood se decía que para hacer malas películas se podía haber quedado en España, que era una trepa que fingía relaciones sentimentales con actores de renombre para subir peldaños en popularidad, que sólo servía para ser imagen de cosméticos, y mil cosas más... Y llegó Volver y una nominación al Oscar. Cuando en Estados Unidos se empezaban a rendir ante el talento de la chica de Alcobendas, en España todos sus detractores empezaban a echar caca por la boca, llevándose las manos a la cabeza en lugar de alegrarse por el hecho de que había por primera vez una actriz de nuestro país en la terna final de los premios más importantes del cine, y cuando el año pasado ganó la estatuilla por Vicky Cristina Barcelona y recogió el premio de manos de actrices como Eve Marie Saint, Goldie Hawn o Anjelica Huston, muchos fueron los que aseguraban que estaba bien en la película pero que no era para Oscar. Parece que nunca es suficiente en su caso, aunque toda una industria se haya rendido a sus pies hay algún tipo de soberbia que hace que muchos se crean por encima de la opinión de los profesionales del cine y de la prensa internacional.
Adolescente enamoradiza en Belle Epoque, joven terranal y voluptuosa en Jamón Jamón, chica que solo quiere que la quieran en Todo es Mentira, madre parturienta en Carne Trémula, folclórica carismática en La niña de tus ojos, puta yonki adorable en No te muevas, madre coraje en Volver, volcán ciclotómico en Vicky Cristina Barcelona y ahora Nine. Tras una primera etapa americana, en la que necesitaba meter la cabeza en un mercado muy complicado que devora con facilidad a los que son ajenos, tras ser la novia del protagonista, la cara guapa de la película, consigue dejar atrás a un reparto en el que se suman 8 oscars y sobresalir por encima de Sophia Loren, Judi Dench, Nicole Kidman e incluso Daniel Day Lewis y aún así parece que nunca estará a la altura para muchos. Le pese a quien le pese Penélope lo ha conseguido, no muchas pueden decir lo mismo.
Sin saber muy bien por qué a muchos les pesa. Algo tiene esta chica que vive en una continua polémica y es eternamente cuestionada, nada de lo que hace es suficiente para que un importante sector de los espectadores la valoren en su justa medida. Por algún motivo que no llego a comprender Penélope cae mal (a muchos) y se le ataca por trabajar y por tener papeles, cada vez de mayor relieve, como si tuviera la culpa de algo que no llego a comprender qué es, como si fuera la cabeza pensante de una conspiración que tiene como fin asentarla en la cima del star system. Siempre hay un pero para cada uno de sus movimientos. Cuando desarrollaba su carrera en nuestro país muchos la tachaban de niñata insoportable de voz chillona, cuando dio el salto a Hollywood se decía que para hacer malas películas se podía haber quedado en España, que era una trepa que fingía relaciones sentimentales con actores de renombre para subir peldaños en popularidad, que sólo servía para ser imagen de cosméticos, y mil cosas más... Y llegó Volver y una nominación al Oscar. Cuando en Estados Unidos se empezaban a rendir ante el talento de la chica de Alcobendas, en España todos sus detractores empezaban a echar caca por la boca, llevándose las manos a la cabeza en lugar de alegrarse por el hecho de que había por primera vez una actriz de nuestro país en la terna final de los premios más importantes del cine, y cuando el año pasado ganó la estatuilla por Vicky Cristina Barcelona y recogió el premio de manos de actrices como Eve Marie Saint, Goldie Hawn o Anjelica Huston, muchos fueron los que aseguraban que estaba bien en la película pero que no era para Oscar. Parece que nunca es suficiente en su caso, aunque toda una industria se haya rendido a sus pies hay algún tipo de soberbia que hace que muchos se crean por encima de la opinión de los profesionales del cine y de la prensa internacional.
Adolescente enamoradiza en Belle Epoque, joven terranal y voluptuosa en Jamón Jamón, chica que solo quiere que la quieran en Todo es Mentira, madre parturienta en Carne Trémula, folclórica carismática en La niña de tus ojos, puta yonki adorable en No te muevas, madre coraje en Volver, volcán ciclotómico en Vicky Cristina Barcelona y ahora Nine. Tras una primera etapa americana, en la que necesitaba meter la cabeza en un mercado muy complicado que devora con facilidad a los que son ajenos, tras ser la novia del protagonista, la cara guapa de la película, consigue dejar atrás a un reparto en el que se suman 8 oscars y sobresalir por encima de Sophia Loren, Judi Dench, Nicole Kidman e incluso Daniel Day Lewis y aún así parece que nunca estará a la altura para muchos. Le pese a quien le pese Penélope lo ha conseguido, no muchas pueden decir lo mismo.
Ser nominada al Oscar y galardonada cuando Holliwood estaba en una crisis tremenda...es bastante acertado en este caso, cuando estamos hablando de una actriz que no por ser española merece el aplauso generalizado de Europa, y más cuando es demostrable que Pé no es una persona con una base cultural fuerte y una cualificada preparación.
ResponderEliminar"Para gustos colores" dice nuestro refranero, querido Muriel, no voy a hacer una crítica más detallada porque no me quita el sueño la carrera profesional de esta señorita (mucho menos la personal...)