martes, 10 de marzo de 2009

El curioso caso de Juan Muriel

Mi madre dice que se debe a los años, a que el tiempo pasa y esas cosas ocurren, sea cierto o no, el caso es que en los últimos meses he notado algunos cambios que no comprendo del todo, porque desafían desde todos los puntos de vista a las leyes de la física y, si me apuras, a las leyes que gobernaban mi ser desde el comienzo de mi existencia. Todo empezó un día de principios de invierno, después de una ducha, tras secarme con el albornoz y darme crema en la espalda me dispuse a vestirme. Al ponerme los pantalones, recién lavados, noté con gozo que me estaban más holgados que de costumbre, he adelgazado, pensé, mientras de reojo me miraba en el espejo y una sonrisa me cruzaba la cara. Más coqueto que nunca me puse la camisa, una de rayas verdes y blancas que tengo desde hace tiempo, y cuál fue mi sorpresa cuando, al abrocharme los botones, noté que al mover los brazos la tela daba tirones. Imposible, no puede ser, cómo va a encoger si la he lavado ya mil veces, todo esto pasó por mi cabeza en un segundo. Así que decidí coger otra camisa y hacer una prueba para descartar la terrible idea que estaba apareciendo ante mi.  Me decidí por una de cuadros marrones y rosas y al abrochar el último botón... oh...

El caso es que después de aquel momento empecé a observarme detenidamente y comprendí que en mi cuerpo se estaban produciendo ciertos cambios extraños. Digamos que me estoy convirtiendo en una especie de rombo, de peonza que adelgaza por los extremos y engorda por la mitad y mientras reduzco talla de pantalón, aumento talla de camisa. Mi compañero de piso dice que sufro el síndrome del "cuerpo de padre" y yo con tristeza creo que tiene razón. No sé si existen soluciones a esta problemática que se me presenta o si me tendré que resignar a las evidencias del paso del tiempo, lo importante es mantener el espíritu joven o ¿eso sólo lo dicen aquellos que sufren el mismo síndrome para autoengañarse y creerse felices? Cuando uno ya ha superado el trauma de la alopecia ahora se encuentra con esto, está claro que mi futuro es ser un clon de Joaquín Almunia, un Lexatín quiero.

1 comentario:

  1. cuerpo de padre?? uhmmm eso da como morbo ¿no? jajaja... pues yo tengo, según mis amigos, cuerpo de guitarra española... un horror!!
    por cierto, ¿cómo consigues echarte crema en la espalda?
    muak

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